Independientemente de su ocupación o profesión, las competencias socio-emocionales le pertenecen al individuo y no dependen de procesos educativos específicos. Las seis áreas temáticas utilizadas en nuestro modelo clasifican las competencias en función de cuán frecuentemente se requieren según el tipo de actividad en las que se desempeñe el individuo y para permitirle apreciar cómo se relacionan entre sí.