Miedo a no estar conectado, angustia a dejarse el smartphone en casa o consultar los mensajes cada pocos segundos. El teléfono móvil es una herramienta que hoy no falta en la vida de nadie. Un aparato imprescindible que, en muchos casos, se convierte en un problema de salud grave.
El término nomofobia significa «no-mobile-phone phobia» o, lo que es lo mismo, la dependencia al teléfono móvil llevada al extremo. Es el nombre con el que se ha definido al miedo de estar sin móvil. Puede parecer una simple adicción, pero también es posible que detrás de eso haya un grave problema psicológico.
Las fobias son una manifestación de nuestros conflictos internos expresados a través de algún tipo de miedo o angustia. Con el desarrollo de las tecnologías, han nacido nuevas fobias que se relacionan directamente con la innovación de los dispositivos electrónicos.
El uso diario y continuo de Internet, las redes sociales, tablets o smartphones hace que nuestra salud se vea afectada. Antonio de Dios, psicólogo del Hospital Quirón de Marbella, ha hablado con nosotros para explicar las razones por las que se produce la nomofobia y cómo combatirla.
Entre sus síntomas destacan la sensación de ansiedad, las taquicardias, los pensamientos obsesivos, el dolor de cabeza y el dolor de estómago.
Causas de la nomofobia
Por un lado, se produce una dependencia absoluta de los demás, pues el móvil es una manera de estar conectado. Es todo un problema de autoestima y de relación. De hecho, la inseguridad personal es el factor más común que causa nomofobia.
La idea de perfeccionismo es otra de las razones por las que aparecen estos casos, ya que en estas personas existe una necesidad de hacerlo todo sin ningún fallo.
«Mi vida circula alrededor de satisfacer al otro, así que, si me llaman y no tengo la posibilidad de estar conectado, me siento solo. Aparece el miedo a decepcionar a los demás», afirma Antonio de Dios.
Si estamos esperando una llamada y no contestamos,
sentimos que estamos fallando y el miedo se apodera de nosotros.
Consecuencias de la nomofobia
Al producirse una esclavitud absoluta al móvil, la adicción a veces es incontrolable.
Antonio de Dios asegura que los que sufren este problema son personas que no pueden apagar el móvil por las noches y que, por tanto, se ven interrumpidos durante sus horas de sueño. El insomnio es, por tanto, una de las consecuencias más frecuentes en los pacientes con nomofobia.
Lo primero que hacen los nomofóbicos al tener un móvil entre sus manos, después de un rato sin utilizarlo, es consultarlo inmediatamente.
«Es como el que tiene adicción al tabaco, que lo pasa mal
cuando se le acaban los cigarrillos y que, en cuanto
tiene la posibilidad de fumar, lo primero que hace es encender uno».
Tratamiento de la nomofobia
Siempre es aconsejable, ante cualquier duda, consultar con una persona especializada en dependencias, adicciones y en el tratamiento de la seguridad personal o la autoestima.
El abuso del smartphone se produce muchas veces porque la persona se siente presionada en algunos aspectos de su vida y de los que debería liberarse.
«Nuestra vida ha de estar centrada en nosotros mismos y no
en la comunicación con los demás. De hecho, estar en contacto
con el resto debería ser considerado como un extra».
Perfil del nomofóbico
Es una persona que tiene falta de seguridad en sí misma y baja autoestima. En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse mucho más en adolescentes, pues ellos tienen más necesidad de ser aceptados dentro del grupo, además de que los jóvenes están más familiarizados con las nuevas tecnologías que las personas más mayores.
Suele ser más común entre el sexo femenino, pues la estructura cerebral de las mujeres hace que tengan más facilidad para comunicar y más necesidad afectiva que los varones. Además, ellas tienen mayor capacidad para establecer relaciones afectivas.
«Los hombres no tenemos tanta necesidad y utilizamos el teléfono móvil para aspectos tecnológicos, laborales o de gestión», apunta De Dios.
¿Cómo afecta a las relaciones afectivas?
Las relaciones de pareja se han visto afectadas en gran medida por el uso permanente del smartphone, aunque también es cierto que las facilita en muchas ocasiones. Hoy en día, tenemos muchas formas de comunicarnos, aunque, llevado al extremo, esto provoca un enorme problema.
«El hecho de mantener una relación a través de la pantalla hace que, a la larga, no seamos capaces de ser nosotros mismos cuando estamos cara a cara. Las personas inseguras se benefician al estar protegidas por un teclado y al poder expresar más cosas en la realidad virtual», explica el especialista.
Se trata de un círculo vicioso. El miedo a la inseguridad aumenta la protección
de estar detrás de un aparato y, al pasar más tiempo con el artilugio,
más habilidad adquirimos en su uso y más pánico tenemos al cara a cara.
«A veces no somos capaces de trasladar las relaciones que creamos a través del ordenador o del WhatsApp a la realidad del día a día. Ahí estaremos ante un problema», declara el psicólogo Antonio de Dios.
Consejos
⦿ Apuntar a lo que sería un uso razonable del teléfono;
⦿ apagar el móvil durante las comidas o durante una reunión familiar;
⦿ priorizar la realidad al mundo virtual; y
⦿ si nos damos cuenta de que la ansiedad se apodera de nosotros al dejar el teléfono en casa, nunca está de más consultar con un especialista.
AUTOR: Paz Olivares
FUENTE: EFE Salud