Sustancia Infinita - Lecturas - Los «imprescindibles» en el manejo del estrés laboral

Los «imprescindibles» en el manejo del estrés laboral

El estrés laboral es un compañero que en muchas ocasiones termina instalándose en nuestra vida profesional y que sufrimos resignados sin saber con certeza cómo combatirlo de un modo eficaz. Casi siempre su presencia se la reprochamos al propio trabajo o a nuestros compañeros. En algunos momentos, con ciertas dosis de intuición, conseguimos hacerle frente un tiempo. Pero lejos de desaparecer regresa, con igual o mayor intensidad, hasta conseguir que terminemos aceptando que no podemos con él y que debemos acostumbrarnos a su presencia. Pero hay buenas noticias, el estrés laboral puede combatirse.

Hoy vamos a hablar de dos habilidades asertivas, las dos se aprenden y se entrenan, y si las aplica, verá con qué claridad empieza a tener éxito en la tarea de combatir el estrés laboral. Ánimo es muy importante lo que puede lograr.

Las personas más conscientes de la importancia de manejar el estrés conocen algunos factores externos que lo producen y que deben ajustar: procuran descansar más, hacer deporte, tener espacio para el ocio, etc. También conocen algunos factores internos: ajustan las valoraciones e interpretaciones que hacen de la cosas, mejoran la tolerancia al malestar, las expectativas sobre cómo deben ser las cosas, etc. En definitiva, cada vez sabemos más sobre el estrés y lo vamos aprendiendo a manejar en nuestra vida. Poco a poco se va instalando en muchos una cultura del manejo de la emociones, entre ellas el estrés.

Pero tal vez, un espacio donde el estrés aparece de un modo más difícil de manejar es en el entorno laboral. Es en el espacio profesional donde más nos cuesta bajar nuestro nivel de estrés. Seguramente conoce algunos consejos útiles, incluso muchos ponen en práctica estrategias como éstas:

⦿ Valorar el trabajo que hace más que centrarse en lo que falta por hacer;

⦿ No dramatizar las cosas;

⦿ No caer en la queja constante;

⦿ Organizarse mejor siendo más consciente de las propias capacidades y recursos y así confiando en que es posible llegar a tiempo; y

⦿ Aprender a tomarse unos instantes, respirar profundamente y tranquilizarse

Pero entonces… ¿por qué a pesar de las muchas cosas que hacemos para reducir el estrés, seguimos estresándonos? Vamos a analizar más detenidamente qué nos estresa en el trabajo.

¿Qué es el estrés laboral?

Llamamos estrés laboral a las respuestas o reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento del trabajador a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, el entorno o la organización del trabajo.

Según la Fundación Europea para las Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, un 28% de los trabajadores europeos padece algún tipo de estrés laboral. Una de las teorías que explican por qué padecemos estrés es la teoría del modelo: Demanda – Control – Apoyo Social de Karasek (las demandas del trabajo, control del trabajador y apoyo social). El mayor estrés es cuando hay altas exigencias laborales, bajo control del trabajador y bajo apoyo social. Es en el control y en el apoyo social donde cada uno de nosotros puede intervenir para manejar el estrés. Y desde luego, para conseguir unas buenas relaciones laborales y con ellas mejorar el «apoyo social», las conductas asertivas como saber «decir no» y «hacer peticiones» son esenciales en la ecuación.

La asertividad: la clave en el manejo del estrés laboral

De partida hay una verdad incuestionable: Cuanto más asertivos somos mejor nos sentimos.

¿Qué es la asertividad? Disponemos de habilidades asertivas cuando tenemos recursos para decir amablemente a un compañero o a un jefe o superior, que no podemos hacer algo, que no nos podemos quedar hasta más tarde o que no podemos ayudar en una tarea en ese momento, eso nos ayuda a no sobrecargarnos, a organizar bien nuestro trabajo, a salir a tiempo para descansar, o a acabar las tareas porque no nos hemos entretenido con el compañero que solicitaba nuestro tiempo, etc. Si ante estas situaciones pudiéramos actuar respondiendo por ejemplo:

⦿ Me encanta hablar contigo pero en este momento tengo que terminar algo importante, ¿qué te parece si tomamos un café luego?

⦿ Me gustaría mucho poder ayudarte pero ahora me será imposible, mañana después de comer podríamos verlo.

⦿ Lo haré, pero no puedo ahora, antes tengo que organizarme y decirte en qué plazo podría estar preparado.

⦿ Sé que es importante que esto salga en plazo pero yo tengo mucho trabajo importante, ¿te ayudo a buscar otras soluciones u otra persona que lo pueda hacer? O dime de todo lo que tengo pendiente qué podemos delegar a otra persona para poder hacer yo esta tarea en este momento.

Hablar sin «ponernos a la defensiva» porque sentimos que tenemos el control, decir un justificado y amable «no», y además ofrecer fórmulas para dar otra solución a lo que nos plantea un compañero, compañera o superior, hace que las relaciones con ellos o ellas sean mejor. Cuando somos (nos callamos y hacemos lo que nos dicen) en vez de asertivos, acabamos enfadados con los demás (y con nosotros) sin ganas de relacionarnos, y cansados de callarnos «saltamos a la mínima» y terminamos mostrándonos «agresivos o agresivas». Es entonces cuando los demás son los que no quieren relacionarse y esto hace que perdamos apoyo social. De igual forma pasa, cuando no decimos nada ante cosas que nos molestan. Aprender a hacer peticiones nos ayuda a centrarnos en el trabajo y a ser eficaces en vez de dar vuelta a estas incomodidades, potencia las relaciones más sanas y claras con nuestro entorno laboral fomentando también el apoyo social.

¿Me podrías contar esto en el descanso? Así no me distraigo de mis tareas, y me voy a enterar mejor.
¿Me puedes ayudar con esta tarea?

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra asertividad en el trabajo?

Cuando nos enfrentamos a situaciones en las que resulta imprescindible manifestar nuestra posición, a menudo recurrimos a formas de expresión excesivamente agresivas que anulan nuestro mensaje y generan emociones negativas en los demás (miedo, ansiedad, enfado, etc.) e incluso en nosotros mismos (culpa, tristeza, etc.).

En otras ocasiones puede que acabemos por callar ante el temor de provocar un conflicto indeseado.

Ambos tipos de respuesta, la agresiva y la pasiva, generan más tensión en la persona y contribuyen a incrementar el estrés laboral.

Las respuestas poco asertivas en el trabajo incluso pueden relacionarse con lo que se conoce como síndrome de burnout o síndrome del profesional quemado, tal y como encontramos en una investigación llevada a cabo con docentes.

Por lo tanto, una forma de prevenir el estrés y ganar en satisfacción laboral, es cultivar unas relaciones más asertivas en nuestro entorno profesional, ya sea con subordinados, supervisores, compañeros, clientes o proveedores. El primer paso para ser más asertivo consiste en conocer bien cuáles son mis derechos como persona.

Mis derechos asertivos

Si empiezas a comportarte de un modo más asertivo en tu trabajo, pronto sentirás los efectos en ti mismo y en los demás. Por su parte, se sentirá con más relax, alivio e incluso menos sobrecarga (imagine el alivio que puede obtener al conseguir negarse a las peticiones constantes o excesivas de un compañero que suele abusar de su confianza). Es más, incluso sentirá que su autoestima mejora. Además, si es más asertivo, es más probable que las personas que le rodean también lo sean con usted y que su relación mejore. Si ocupa un cargo directivo y utiliza un tono de voz más respetuoso hacia las personas que coordina es mucho más probable que sus mensajes tengan más efecto y que incluso le valoren mejor.

En conclusión, en el manejo del estrés laboral factores como su sensación de control y el apoyo social son esenciales, y adquirir y entrenar habilidades asertivas como saber «decir no» o «hacer peticiones» son la clave.

AUTOR: Julia Vidal

FUENTE: Área Humana

×