Esta jornada de reflexión, también conocida como el «Día de Curación para la Tierra» y fundada por Johathan Goldman de Soundhealers Association, nos invita a emitir el sonido de la letra «A» (definido como el sonido del corazón) durante cinco minutos justo al mediodía con el fin de proyectar luz, paz y amor hacia el planeta y nosotros mismos.
Desde tiempos antiguos el ser humano se ha interesado en las propiedades curativas del sonido y lo ha usado con fines rituales y terapéuticos. Este interés se ha dado en todos los lugares y culturas del mundo. En oriente se ha usado la recitación de mantras para curar o cambiar diversas situaciones, en México los Marakames (o chamanes) Wixárika o Huichol cantan para mover energías estancadas y en el budismo tibetano se pronuncian las sílabas semilla (como el famoso OM) para conectar con la presencia espiritual de cada una.
Históricamente, uno de los grandes estudiosos del efecto del sonido sobre el cuerpo fue <span style="color: #ff6600;"><strong>Pitágoras</strong></span>, quien investigó las reacciones que generaban ciertos acordes y armónicos sobre el organismo humano. A partir de sus resultados elaboró ciertas secuencias sonoras que llevaban a las personas a cambiar su conducta y a sanar sus emociones. Con ellas logró inducir el sueño, contrarrestar el enojo y combatir los miedos de quienes les oían, entre otras cosas.
Siendo que los líquidos son particularmente receptivos a las ondas sonoras y aproximadamente un 60% del cuerpo humano está compuesto por líquidos, el mundo científico ha incorporado la idea de que los sonidos pueden utilizarse como frecuencias vibratorias de curación.
COMPETENCIAS:
Bienestar, Orientación a los resultados, Talante, Tolerancia al estrés laboral.